lunes, junio 27, 2011

CANTO A LOS NIÑOS DE 3 AÑITOS.

ESTAS SON MIS NIETAS, BIANCA Y JULIANA



CANTO A MIS TRES AÑOS, Y A LOS DE LOS DEMÁS NIÑOS DE ESA EDAD



Tengo una nieta de 3 añitos… Juliana… Ayer estuvo en casa, con Bianca, su hermana de casi 6. Y una vez más me asombraron… no porque sean mis nietas, sino porque son personas muy chiquitas, y muy inteligentes y muy sensibles en lo emocional… todos miran a los niños como si fueran niños… y no lo son… son mucho más… son personas… seres humanos con mínima experiencia, y muy poca información, y de esa, mucha está plagada de virus, enviados por los adultos. No son las únicas personas con poca información con las que intimé… conocí muchísimas, quizá 1.000, no sé la cifra. Enseñé en instituciones para criaturas abandonadas, y algo aprendí. Y todas ellas buscan información sobre la vida, y se las dan con cuentagotas, o a baldazos de agua servidas…y toda, por lo general, muy mal decodificada. Muchas personas hablan con sus hijos y les explican cosas, pero en un idioma que los jóvenes no comprenden, en idioma muy adulto, sin darse cuenta de que deben hablar en “Niño básico”, una lengua muy sutil, pero profunda y sabia, que posee muy pocas palabras, pero se las van agregando gota a gota, día a día... Y conocí a un niño, del que tengo muchos recuerdos… yo… tengo ya recordaciones de mis 2 años y medio, como muy breves videos, de segundos…Y de los 3, ya mucho más. Recuerdo muchas de las incontables cosas y situaciones que observaba. Juliana, me dijo el otro día: -Tenés tetas – frase que no me agradó y traté de explicarle confuso y un poco avergonzado, que los hombres no tenemos tetas, pero que como tengo unos kilos de más, parecen tetas pequeñas, pero no lo son. Y me di cuenta de que le mentí sin querer… no le podía explicar que la maldita ley de gravedad, arrastra hacia abajo la piel, cuando pasan los años y se tienen algunos kilos de más, y me quedé en eso. Que sí, un día antes, ante la misma observación, se lo expliqué completo a Bianca, su hermana de 6. Y ella lo entendió.

Por un para mí, error de concepto, muy difundido y comprensible, la madre de ellas, que perdió a su padre antes de que ellas nazcan, le explicó que su otro abuelo se fue al cielo. Y Juliana me preguntó si yo tenía mamá, y le dije que no, y me preguntó si se fue al cielo… le contesté que sí. Y me sentí mal, le estaba fallando, pero no por culpa mía. No puedo ir contra los conceptos de la mamá.

A mi hijo, lo educamos diciéndole que el pan se llamaba pan, y la materia fecal, podría tener muchos nombres, e incluimos “mierda” entre esos nombres…y Reyes Magos, Papá Noel, cigüeña y todas esas falsedades gilipollas, no las insertamos en su información de lo que es la vida… Y le enseñé como es la muerte, mostrándole animalitos o bichitos muertos. Y que debía que tener cuidado con lo que hacía, porque eso le podía ocurrir a él.

A mí, me costó mucho entender bien muchas cosas, sobre todo la muerte y el sexo, los dos tabúes más grandes, de aquella época, y algo menos tabúes ahora, porque lo aprendí mal y de mis amigos. Pero eso sería lo de menos… Me explicaron de modo pésimo y falso hasta la idiotez, que es la patria, la bandera, los “grandes hombres”de la patria, la política, la religión, y los conceptos de Dios y “el Cielo”. Y en la medida de que razonamientos y comprobaciones mediante, y lecturas de libros inteligentes, iba conociendo verdades y enterrando estupideces, fui alimentando una mente escéptica, en una búsqueda desesperada de conocimientos verdaderos. Me ayudó la lucidez de mi madre, y su sentido del humor, y los libros, que los tuve por cientos al alcance de mis manos, junto a mi vicio por la lectura. Y me ayudó no tener TV de aire, ¡vade retro Satán!, y una avidez infinita por leer y aprender… y ahora me ayudan la TV, vaya paradoja, la de cable, con canales como los de Discovery, y Natio. Gracias a todo, eso sé de millones de cosas que desconozco, que antes ni sabía de su existencia. Pero por algo se empieza… ya llegaré a saber algo de algo…

Viéndome reflejado en los 3 añitos de Juliana, me doy cuenta de que los niños son personas muy inteligentes, sí, pero no tanto como los quieren creer sus padres… Nunca idealizo…Sobreestimar la inteligencia de un hijo, es algo de vanidad, y de comodidad…Permite creer, ya que son genios, que no hace falta hablar mucho con ellos, ni regalarles lo más precioso que se les puede dar, tiempo, el máximo posible, juntos.

Yo recibí muy poco de mi padre, mucho de mi madre, y le devolví todo esto último a mi hijo, y ahora, en la medida que puedo, a mis nietas, sobre todo con la mayor, que comprende más… y el niño que fui a los 3, las entiende, y ahora juega juegos de nenas, con dos señoritas, pronto mujeres. Y el niño que fui a los 3, siente de modo retrospectivo, el dolor de cuando no fui comprendido, y no obtenía información de los adultos, que les sobraba, mal aprendida por ellos también, pobres víctimas asimismo, pero que podrían habérmela regalado, aunque fuera encriptada, que peor es nada… Pero eso no estaba de moda…

Trato de resumir… el niño de 3 años que fui, era tan inteligente como yo, ya tenía los 100.000 millones de neuronas que tuvo siempre, hasta que las empezó a perder a los 25 años. Y potencialmente, si lo hubieran educado de modo perfecto, ahora sería mucho más inteligente de lo que no soy…aunque la perfección no existe, ni será nunca realidad. Pero ese mismo niño, se horroriza viendo como están educados casi todos los 6.000 millones de niños del planeta… Juliana y Bianca tienen bastante buena educación, yo tuve bastante buena educación para mi época… pero que poco sabemos los niños de 3 años de hoy, si somos educados por nuestra mayor maestra, la señora TV, y a sus colegas, la religión, los políticos dominantes en su momento, y los adultos, “adúlteros en su información”, que les adulteran la descripción de lo que dicen, porque creen que “los niños no deben saber nada de esas cosas”. Y para colmo, ni idea tienen de cómo ellos fueron a los 3 años, pero actúan como si lo supieran como expertos… Que nadie me pregunte porque crece el consumo de alcohol, coca, “maríajuna”, autos y motos a mil por hora y música vacía que ensordece, horas en la PC, bajando basura o chateando más basura…

Estamos en manos de Dioses, que no tienen teléfono celular, y nunca contestan los mensajes que les dejan. Pero no me hagan caso… Todo esto fue dicho por un tonto y desinformado niño de 3 años, que ya es viejo. Son todas gilipollladas. ¿O no…?

Un beso en Cilencio.
Juiceman II