domingo, febrero 06, 2011
AMALIA
La tía que más quiero, Amalia, le pasó esto... Era tan femenina, tan seductora, que cuando en sus almácigos de cumpleaños fue cosechando arrugas, y perdió la lubricación, y la celulitis le llenó de pozos el alma, decidió darle lucha a Cronos, el dios del tiempo. Hacía rato que había descubierto todo eso que las mujeres actuales saben y nuestras abuelas ignoraron casi todas, como que existían el orgasmo, el clítoris, el punto G y que tener relaciones muy íntimas con un hombre, si el tipo vale la pena, claro, y que pueden producirles mucho placer, sirve para algo más que para darle hijos al muy cabrón del marido, fue a un ginecólogo que le recomendaron. Este le prometió rejuvenecerla, con un tratamiento de feromonas de beba de canguro de última generación. Pero resultó de última degeneración... Y le produjo estos efectos colaterales, a ella que era parecida a Kim Bassingger, parecerse a lo que es ahora, el aparente señor de la foto, que le saqué, con cámara oculta, para ganarle el juicio al ginecólogo… Tres millones de euros consiguió... Con eso me pagó los arreglos que le hice a mi ordenador actual... Nunca fue demasiado generosa, pero al menos fue la única que me regaló algo... Bueno, después del desastre, el torpe del médico, le propuso hacerle un nuevo tratamiento, ahora con feromonas de gacela adulta y adúltera, para revertir el proceso... Pero tía Amalia no quiso... Ya había descubierto que su nueva personalidad, incluido en eso, un desmedido crecimiento del clítoris, le agradaba. Se había producido un vuelco espectacular en su vida sexual. Y porqué no revelarlo, a su vida económica... Siguió el ejemplo de Florencia de la Verga, el famoso travesti argentino, figura femenina de la TV y ternada como revelación femenina por el diario Clarín, pero invirtió los roles, Amalia ahora gana fortunas, enamorando grandes señores feudales, senadores, políticos, conocidos industriales mediáticos, deportistas y personajes de la farándula vernácula... Es lo que ya sabían nuestras abuelas... No hay mal que por bien no venga... Y no hablemos de todas las damas, todas de alta alcurnia y poderosas tarjetas de crédito doradas y de platino, que ahora logró seducir... De esas no voy a nombrar a ninguna, soy muy recatado con intimidad de femenina... Si alguien quiere conocer a tía Amalia, ahora se llama Rolando Amor, y mi primo Alberto es su representante... Desde que debutó, viene agrandado… Y no voy a mentirles de que son módicos para cobrar servicios y mediaciones... La vida es dura, y hay que defenderse como se pueda... Es ley de la vida... Bah', de la selva... Amén y amen...
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