PRIMO PERFECTO, TURISTA INCANSABLE, Y SEÑORA, PRIMA MARISA
PRIMO PERFECTO, TURISTA INCANSABLE, Y SEÑORA, PRIMA MARISA
Primo Perfecto, es el turista más obsesivo que se pueda conocer. Ama viajar. Conoce todo el mundo, gracias al dinero de su mujer, prima Marisa, que le permite vivir sin trabajar. Claro, prima Marisa, no es tonta, sabía que mientras Perfecto estuviera viajando, ella está libre para hacer su doble, no, que doble, quíntuple vida sexual, no séptuple vida sexual… a él lo tiene como pantalla, para simular sus distintas actitudes frente a la vida, y parecer una señora muy respetable de la aristocracia italiana. Hija de un conocido fabricante de chocolates suizo, tiene una personalidad múltiple, según los días de la semana. Los domingos suele ser heterosexual, va a misa, se confiesa, y se acuesta con su obispo confesor. Los lunes, es bisexual.
-Para superar el estrés de los comienzos de semana.-decía siempre y su bisexualidad la concretaba con un amante masculino y otra femenina al mismo tiempo… pero nada de “menaje a trois”, era muy celosa, solo con ella debe ser el juego, y no entre sus amantes…
Los martes es lesbiana, -Para descansar un poco de los lunes desgastantes.-decía, mientras su harén de mujeres, utilizan con ella todos los artilugios, habidos y por haber, que le hubieran dado en vida, envidia a la misma Mesalina, la madre de Nerón…
Los miércoles es travesti masculino… con un respetable elemento mecánico, hace gozar a todos los gays de su amistad, que son legión…
Los jueves se satisface siendo una niña virgen, pese a sus varías décadas de ejercicio de su sexualidad, y aprovechando su delgada figura, y los quizá miles de cirugías plásticas que se ha realizado, tiene sexo con adolescentes, en verano, en las playas, por las noches, y los días invernales o fríos, con viejos obispos y cardenales de conocimiento de su secretaria, prima Lucrecia, jefa del departamento de producción de sus aventuras galantes, que le consigue todos que creen tener sexo con una menor de edad. La ayudaba a ese engaño, su voz muy aflautada, es soprano ligera, y su manejo de la voz. Luego a estos los chantajea, para no denunciarlos a la policía, que de ahí sale en gran parte su dinero. Una vez amenazó a un obispo, en un momento de ingenuidad, con denunciarlo ante el Papa, pero las risas que oyó, de este benemérito hombre, le hicieron sonrojar, justo a ella, de vergüenza, por su inmenso error.
Los viernes, prima Marisa, se dedica a ser swingers, para lo cual alquila a algún apuesto mancebo, de esos que se dedican al noble arte de striper, haciéndolo pasar por su esposo, y se convierte en una señora de su casa, “con el triste destino de ser obligada por su joven esposo, a realizar esas penosas acciones en contra de las sagradas leyes de Dios”… bueno eso es lo que decía, para darle más sabor a la otra pareja, porque como todos sabemos, lo prohibido, siempre es más sabroso.
Los sábados, para ella, el día espacial, el más hermoso de la semana, pensando siempre que los hoteles estarán llenos de parejas que desgajan sus apetitos sexuales, lo que le da una feroz envidia, ella los dedica a las orgías, que realiza en su mansión muy cerca de Castel Gandolfo, el municipio muy conocido por encontrarse allí la Residencia de verano del Papa, que le permite su acercamiento a las altas cumbres de coronadas de la Santa Sede
Para los negocios, había aprendido de su padre, el fabricante de chocolates, que para ganar dinero, todo era bueno, y cobra por asistir, lo que para cualquiera serían fortunas, como que uno de los más invitados es Berlusconi. No me pregunten quienes siendo purpurados, asisten… no lo diré…
Y los domingos, religiosa como es, a veces es día de descanso… apenas va a misa, y a la tarde, tras dormir una siesta, con alguno de sus criados, o criadas, y se prepara para las duras jornadas que deberá soportar en la semana…
¿Y de primo Perfecto, no cuento nada, me dirá usted? Bueno, el seguía siempre de viaje, y solo junto a su mujer, estaban sus retratos, mostrándose en los distintos lugares turísticos, para servirle de excusa a prima Marisa, de que su desmadre sexual, era solo producto de la soledad a que la sometía su esposo, con sus infinitos viajes… Así es la historia de mis primos Perfecto y Marisa… Los apellidos no los digo, pero terminan en “…lento”, como un conocido humorista, muy amigo mío.
Doy fe.