lunes, noviembre 07, 2011

BLANCANIEVES, MEJOR NO HBLAR DE ELLA.

Este es el único retrato de Blancanieves, conservado como siempre, en el museo secreto del Vaticano. Viendo esta acuarela, comprenderán el porque de los hechos de esta historia real.
Blancanieves es uno de los casos de falacias más horrendas que han leído mis oídos... si, leído mis oídos, porque la primera vez, me lo leyó mi mamá.
Es otro típico caso de censura de los grandes bloqueadores de historias verdaderas, a favor de los grandes grupos religiosos ultra ortodoxos, y ultra puritanos, que se desentienden y tapan los grandes escándalos en las cabezas coronadas cristianas. Disney ofreció hace 69 años -1937 -una versión tan falsa, como las promesas de Bush.
Por empezar, que no eran siete enanos, sino 7 gigantescos jugadores de básquet, de los muy morochos Harlen Globetrotters, que ya antes de esa fecha estaban de gira en Europa. Cenicienta, como todas las pobres princesitas huerfanitas, tuvo dos desgracias, ser demasiado bella, y demasiado ingenua. El planeta está muy poblado por esa conjunción fatal, donde doncellas son engañadas y arrastradas al pecado carnal. Y esa tontera del espejo mágico, es demasiado estúpida, infantil y absurda. Quien informaba y la aconsejaba a la Reina madrastra, era su asesor de imagen, un señor de apellido Espejo, mal tipo como pocos. Para colmo estaba súper excitado con Blancanieves, que jamás, ni siquiera le brindó una mirada, del asco que le tenía. Y tengo en mi poder documentos donde prueban que con la Reina tenía relaciones aberrantes. Y para colmo, Blancanieves llegó a conocer esos acoples, una vez que sin querer oyó quejidos tremendos de la Reina, en sus aposentos reales. La niña, creyendo en su dulce y bondadosa ingenuidad, que la estaban matando, entró en el lugar. No voy a entrar en detalles escabrosos, pero los 7 Globetrotters estaban ahí, y no jugando al básquet, pero sí embocando. Bien, entre la envida de la Reina, y los celos llenos de rencor de Espejo, la divina princesita, fue condenada a muerte. Se le pagó a un viejo colaborador de la CIA, muy conocido, sus iniciales en E. H., ya desaparecido, para que haga fenecer a la dulce doncella. Y para eso la llevó a la parte más oscura del bosque. Pero cuando estaba a punto de cumplir con su siniestra misión, los Globetrotters, que los habían seguido con el mayor Sigilo –era un mayor de apellido Sigilo, muy amigo de los jugadores, también demasiado enamorado de Blancanieves, que era jefe de la seguridad en el palacio, sorprendieron al maldito E.H., justo cuando con su pistola 9 mm., estaba por gatillar en la dulce nuca, blanca como la nieve pura. Ahí corrió sangre, la de E.H., y la del mayor Sigilo, porque los embocadotes se lo quisieron sacar de encima. Para ellos era un maldito blanquito, que se creía superior, por su estúpida palidez cutánea. Y no tenían ganas de compartir la exquisitez que pensaban degustar. Volvió a correr algo de sangre, pero poco, no pregunten de quien, y fueron felices y comieron perdices, en un hotel de la cadena Hilton, donde estuvieron mucho tiempo. Y eso fue el error de los gigantes embocadores. En el hotel se hospedó un príncipe, muy atractivo desde el punto de vista femenino, y la dulce princesita, que como todas las tiernas adolescentes princesitas, no se conforman con nada y son más caprichosas que el destino, se prendó del aspirante al trono de su país –el de él-. Este dato, el de la identidad del hombre, es secreto, porque no quiero entrar en conflictos legales con sus descendientes. El asunto fue que les fue infiel a los gigantones morochos, y se escapó a la Riviera, con este seductor príncipe.
De ahí que los Globetrotters siguen siempre de gira, porque aún están buscando encontrar a Blancanieves, y al príncipe. Y no es que sean estúpidos, pero todos saben que cuando estamos muy “acalorados” en lo sexual, el cerebro lógico no funciona. Y más, los de ahora, son los nietos de los otros basquebolistas, que siguen enamorados de ella, por los relatos y las fotos que les mostraban sus ancestros. A nadie se le ocurre en ese estado de ilucidez, pensar que ya la Princesita Blancanieves, si aún existiera, debería tenar más de 90 años... Pero el amor y la excitación combinados, son explosivos... Eso todos lo hemos sufrido. Bien, espero que esto no lo divulguen, porque son datos muy secretos que yo, por caballerosidad no debería haber contado... Pero es que estoy en contra de las familias coronadas...
De la madrastra, la Reina, que también era muy sexy, se sabe que la depresión de perder a los Globetrotters, la hundió en un abatimiento, que la llevó a la locura. Terminó, en su sed de venganza, teniendo relaciones sólo con jockeys, debido a la fama que tienen los petisos, de... bueno, mejor no explico... sigamos... no encontrando en ellos, lo que había encontrado en los 7 gigantes, el exotismo de las pieles oscuras, y la sensación de masculinidad que dan hombres de más de 2 metros, y atléticos, malabaristas en muchas artes, incluidas la amatorias.
Y colorín colorado, este cuento real, se ha acabado. Y todos comieron perdices, pero a mí no me dieron, porque no quisieron. 
Un beso en Cilencio.
Juiceman II