HOY HUMOR NEGRO HOY

UN POCO DE HUMOR NEGRO

La muerte es el único problema verdadero, no que no nos mire eso que deseamos como novio o novia, que Luis Miguel haya embarazado a otra chica que no es una –no se sabe si fue él o su novio, el de él, por supuesto –que cosas peores se hacen en la farándula, para disipar famas de gay - y que Huracán no pueda volver a la primera división del fútbol. La muerte nuestra y la de todos a quienes necesitamos, los llamados seres queridos, imprescindibles a nuestro lado, para ser felices, incluidas nuestras mascotas, son los problemas esenciales. Aquí no sé si los que tienen boas, alimentadas a ratones vivos, lloran si se mueren, como aun lloro a mis perros. Van incluidos como problemas fundamentales, los hermanos de la huesuda, que son la decadencia física, la vejez abyecta, y el dolor físico insoportable. No entran es esta clasificación, los dolores por sexo contra natura; eso duele, pero debe ser agradable, de lo contrario no habría reincidentes consuetudinarios, de varios sexos. Los demás, quizá casi todos, son circunstanciales. Y están, como dicen los franceses, les petit mort quotidien, las pequeñas muertes cotidianas: mudarnos, perder un novio, estar desocupados, que no tengamos el último modelo de celular con cafetera eléctrica y tostadora, o no tener buena ropa para ir al casamiento de nuestra mejor amiga, dramas estos últimos, cada vez más importantes. Y no quiero hablar de que nos abandone el desodorante, porque eso entra en la categoría de los mortales.
Nacemos con un solo mandato, reproducirnos en la próxima generación. Por eso los dioses, nos hacen creer que el coito y sus variantes infinitas –orgias, bestialismos, culto a San Onán de luxe, cono muñecas de 5.000 dólares -son tan importantes. Es un recurso para obligarnos a reproducirnos, aunque falla bastante seguido. Los preservativos, las pastillas y la del día después, y los diafragmas, son dueños de la situación, cada día más. No incluyo histeriqueadas y sexos siguientes a los dos correctos en lo religioso. Pero como somos tan estúpidos para creer que nada es mejor que un buen revolcón en una cama, la arena de una playa, en la del escritorio de la oficina, en el baño del trabajo y hasta el incómodo asiento trasero de un viejo Citröen ranita, son un placer mágico, inconmensurable, inaudito y “que nadie tuvo un placer y un amor tan grande en la historia, con alguien tan maravilloso como tuve o tengo la opción yo”, es un razonamiento típico, sobre todo en la juventud prístina. Calculando costo-beneficio, saquen la cuenta de si es tan lindo, si compensa y si justifica arriesgar tantas cosas y regalar tanto esfuerzo físico y moral…
El ser amados o no, por las féminas, triunfar en la vida, en el trabajo, por los varones, son las principales obsesiones humanas occidentales, y creo que en todas las demás culturas.
Intentaré resumir, como dicen los reducidores de objetos robados y decían los reducidores de cabezas: el único problema es la muerte, incluida la del Pedrito que todos los varones tenemos entre las piernas, y dos de los otros, sexos, en la frente. Por lo tanto, los mejores chistes y el mejor humor, es el negro, que nos permite burlarnos de nuestros miedos, y convertirnos en seres más fuertes en lo anímico. Como todo en el Universo, esta charla, es objetable, discutible, y paradójica… Incluso es inútil, así que no la lean. Esta última frase la pongo para aquellos que comienzan los libros por la última página, para saber si tienen final feliz, porque de lo contrario no lo leen, como mi prima Leontina.
Amén y amen.