CANTO A LAS MUJERES "FÁCILES"

ESTO YA LO PUBLIQUÉ HACE TIEMPO, PERO ME GUSTA TANTO, QUE LO REPUBLICO.

CANTO A LAS MUJERES "FÁCILES"

Millones de poemas amando al amor y a ellas nada… millones de poemas amando al erotismo, y a ellas nada… millones de poemas amando a las mujeres muy hermosas, esas que hacen creer que se las debe amar, porque se supone que son ángeles, por sólo el mágico hecho de suponerlas bellas… y es mentira… los ángeles no tienen porqué ser bellos, la beldad muy subjetiva, y ligada a culturas, muchas veces idiotas, como la actual, no es más bella una japonesa, que una africana, o una caucásica rubia, porque son incomparables, como todas las mujeres de la historia. Y a ellas nada. Y millones de hombres no supieron que debían honrar y agradecerles a los dioses de la felicidad y el placer, el haberlas creado… Y a ellas nada…
Nadie le cantó a las mujeres fáciles, a las ninfómanas, las lúbricas, las livianas, las lujuriosas, las cachondas, a las calentonas, a las reventadas, a las mal consideradas putas, cuando ellas no cobran nada a nadie… sólo se entregan casi a la menor insinuación…. y por el puro placer de entregarse y de ser solicitadas. Les canto a las que se mueren por los hombres, las que se dan sin pensarlo, porque pierden la cabeza de sólo ver un rostro masculino…y dan placer y lo reciben, pero no son tontas… Y esas pueden ser tan buenas o más como las consideradas las mejores mujeres, por lo general las muy recatadas, cuando no apenas histéricas, o peor, calculadoras, simuladoras de castidad, tan solo con fines comerciales, en busca de una libreta de casamiento, que justifique el sacrificio de la castidad soportada… Si no fuéramos tan imbéciles de creer que las féminas son propiedad nuestra, y por eso nos deben ser fieles, aceptaríamos los meritos de las “fáciles”… Yo mismo alguna vez dije “mi mujer”… y es eso falso de toda falsedad… nuestra compañera de viaje, ni es “nuestra mujer”, ni somos de ella… nadie es de nadie, ni siquiera el esclavo del amo… porque el esclavo odia al amo, y cuando puede se libera…
Gracias a las mujeres fáciles, más de uno, logró el ansiado debut de jugar en “primera”, o sea pasa a ser “Hombre”, medio con mayúscula. Porque pasados los 14 años, si uno no se adentró en un “paraíso femenino”, uno mismo no se considera un hombre, sino un gilipollas, un perdedor, un nada…
Uno quiere que su madre haya sido virgen, hasta cuando se casó con papá, ese degenerado que se acuesta con ella, sin pensar que es nuestra madre. Y que su hija se case virgen. Uno no acepta que el cuñado, tenga sexo con nuestra hermana… pero uno sí quiere acostarse con la madre del otro, con la hija del otro, y con la hermana del otro… y si esas mujeres son fáciles, mucho mejor, porque uno goza y es feliz con ellas, pero no se enamora de ellas y así no sufre si las deja de ver... y no hay peligro de que te abandonen, y llores por ellas…
Uno le aconseja a las hijas, que jamás se acuesten con un muchacho en la primeras citas, y hoy en día, asumidas muchas cosas que deploramos, que al menos no lo hagan hasta estar muy seguras de su afecto, pasado el tiempo más largo posible… lo ideal, cien años… Pero uno se tira de cabeza sobre las mujeres que considera fáciles, y es feliz a lo bestia, el breve lapso que disfrute de ellas y disfruta el disfrute de ellas con nosotros, como si fuera una hazaña, como hacer un gol como el de Maradona contra los ingleses. Uno quiere que la fácil, como con las prostitutas, que ella goce con uno, y como no gozó con ninguno, sabedor de su infinita experiencia. Porque aunque sea con la fácil, uno quiere ser ganador… pura testosterona con vocación de macho alfa. Y luego uno desprecia a la fácil, no se casaría con ella ni muerto. Y también se burla y menosprecia, al que se llegó a casar con ella, sabiendo o no su pasado. Y además, ahora quiere acostarse con ella, ya casada, para probarse que uno es el favorito de cualquier mujer con mucha experiencia. Porque para los machos, no lo neguemos, el sexo tiene como todo lo demás en la vida, la apariencia de un campeonato, si es posible mundial, aunque no sea más que nacional, o al menos barrial… lo reitero, tenemos vocación de machos alfa… Es culpa de los instintos…
Y vuelvo a mi loa a la mujer fácil… suele ser una muchacha, con muy baja autoestima, no por fea, sino por circunstancias espantosas de su vida o que ella las consideró así. Y habiendo descubierto la miel del sexo, y ella, la ahora fácil, se desprende de la capa mágica con la que las mayoría de sus congéneres adornan una buena revolcada, llamándola “hacer el amor”, y disfrazándolo de pasión amorosa, cuando muchas veces no es más que calentura, excitación hormonal, simple y natural, tan solo el regalo que los dioses de la creación y la procreación, nos dieron para que gocemos, y eso, nos reproduzcamos, que ya en sí, es hermoso y mágico.
Conocí a varias consideradas “fáciles”. Y eran buenas mujeres, porque no siempre son muchachas… muchas son ya maduras… y como llegaron a perder la ilusión del príncipe azul, se conforman con disfrutar el placer. Y lo adornan, sí, con un leve tul, por lo general de modo inconsciente, de que ese sea, ya no un príncipe azul, sino al menos, un compañero para un largo trecho, del recorrido tan breve de la vida, valga la paradoja. Y no creamos que todas sean mujeres de muy baja condición social o cultural… Conocí muchachitas muy cultas, y mujeres separadas, que ya en el comienzo del declinar de la juventud, calculando que la ley de probabilidades está en su contra, no esperan acertar el premio mayor en la lotería de las parejas formales, sino que se conforman con sacar terminación, aunque sea una pocas noches… ¿Y sabe una cosa? No son estúpidas… se ahorran el miedo y el dolor de la separación, porque la dan por descontada, y muchas otras cosas… lavar calzoncillos con palomitas, aguantar suegras, cuñadas y parentelas. Y palizas, como las que se le suelen dar a las compañeras oficiales. También la lucha inefable de criar hijos, donde se ganan millones de afectos mágicos, pero se gastan fortunas en miedos, dolores y también decepciones. Usted me va a decir que se sienten solas, que nadie las va a acompañar en la vejez… me resulta tan ingenuo ese planteo, tan rosa…
Sí, se sienten solas, pero no más que una esposa abandonada con tres hijitos. Y que nadie las va a acompañar en la vejez, verdad… pero ¿quién en la vida le asegura a una mujer, que va a llegar a la vejez, o lo llegará su compañero?
Ellas, las fáciles, hacen suyo el vivir cada instante, quizá como si fuera el último, en un presente eterno, vedado a quienes deben planear día a día la estrategia para un hogar con hijos y marido, para los próximos diez, quince años futuros…
Y sí, no son felices… ahora tranquilo, saque la cuenta, con papel y lápiz… cuente con frialdad de ajedrecista, cuantas personas a quienes les conozca bastante su intimidad, considera felices de verdad. No mire la pintura exterior, mire en la cocina, en el dormitorio, y también en la letrina… mmm… ¿Le sobró papel, verdad…? La vida no es fácil para nadie. Cuanto más se tiene, más se puede perder, y más se teme perder. Quien no tiene casi nada, puede perder muy poco, transita en la carretera de la vida, con la mochila más liviana de sobresaltos y pavores.
Ojo, no estoy diciendo que para ser feliz, se haga mujer fácil, si no lo es… no, ni borracho aconsejaría eso, ni nada parecido a nadie… Cada uno debe equivocarse solito… como solitos vivimos en el mundo, salvo algunas excepciones, menos de las que creemos… y eso, suponiendo que ser mujer fácil, es tan equivocado, siendo todo subjetivo al infinito.
Vuelvo a cantar mi loa a las mujeres “fáciles”… suelen ser amor puro, adornado con resignación, algo de filosofía, y mucho de aceptación de su realidad, de lo que ellas creen su realidad, porque esta tiene mil y un rostros…
Y si tú eres varoncito, y te encuentras con una de ellas, disfrútala, si les placeR a ambos… pero respétala… Es mucho más de lo que crees.
Amen y amén, pero usen protección.