PRIMO PERFECTO NO ERA PERFECTO. ERA HUMANO.
En esta foto pensante se lo ve en acción. Primo Perfecto se casó con 23 mujeres que trabajaban de modelos, y se divorció 24 veces. Tuvo 189 hijos, dio 3 veces la vuelta al mundo en un velero. Fue fotógrafo de guerra en Vietnam y en Afganistán, ahora en Irak. Trabajaba de asesor de la CIA, hasta que lo deportaron a Rusia, por espía. Primo Perfecto –se llamaba así -era pura imaginación. Todo eso lo imaginaba. En realidad trabajaba de mozo en un pequeño restaurante en el barrio de Constitución, en Buenos Aires. Tenía callos plantales, y pié plano, de tanto estar de pie, y eso lo volvía loco de dolor. Ahogaba sus penas, con cerveza, tan bien, que sumergidas en alcohol, quedaban ahogadas, pero siempre enteras, presentes. Llegaba a beber tanta cerveza, que a veces lo hacía en el baño, para poder evacuar esa cantidad de líquido de inmediato. Hasta 22 litros por día llegó a tomar. Pese a sus 152 centímetros de estatura, trataba de tener romances con mujeres muy altas, que trabajaban de modelos en el canal 13, que estaba cerca de su trabajo. Y fracasó siempre. Creía que al medir lo mismo que Napoleón, eso le daba fascinación, y que podría igualar los romances que tuvo Bonaparte. Se llegó a vestir como él, e iba con una mano atrás y otra adelante. Eso le dio cierto prestigio, mejor dicho, todos lo conocían y se c... de risa de él. Empecinado, se negaba a aceptar lo que yo le decía, que esas mujeres, son como máquinas tragamonedas...
-Funcionan cuando se les pone dinero le dije.
-¿Dónde? -me preguntó –En la ranura –contesté, imaginando que hablaba de las máquinas. Él ni sabía que eran, nunca había visto una máquina tragamonedas.
Ese mismo día, calentón como era, intentó ponerle una moneda en la boca, a una rubia tipo vikinga... bah’, se la puso, la mujer casi se ahoga... cuando se la sacó, lo reventó a golpes con los zapatos de taco aguja de 20 centímetros. Eso le gustó, porque tenía chichones tan grandes, que durante un tiempo, midió como 5 centímetros más de alto. La desilusión la tuvo cuando se enteró de que había sido un travesti.
Pero él nunca aflojaba en sus intentos de tener éxito. Tuvo muchos triunfos sexuales, por su culto fanático a San Onán, que siempre le concedió todos sus deseos. Y fracasos estruendosos, cuando muy borracho, se imaginó que era Superman, y se tiró de la ventana de su casa, queriendo volar, para ir a conquistar a Luisa Lane, su amor desde la infancia, cuando leyó a Superman. Estaba enloquecido con ella, a la que imaginaba real, porque la suponía la única mujer bonita y virgen del planeta. Por suerte vivía en un segundo piso, y cayó sobre una gorda infinita. Lo de fracaso “estruendoso”, lo dije por los insultos que le propinó la gorda, además de que se le tiró encima, para pegarle mejor, y le fracturó 3 costillas. No hay mal que por bien no venga, la gorda, Leticia, luego lo llevó al hospital, porque le dio lástima. Supuso que se había intentado suicidar, y ahí nació su amor. Amor absurdo en verdad, porque ella lo amaba, porque lo conoció siempre borracho. Y en su estado de embriaguez, era brillante. Hombre muy culto, filósofo genial si los hay, deslumbraba. La gorda Leticia era profesora de filosofía y manejaba 7 idiomas, y pocas veces vi. a una mujer tan enamorada, tan deslumbrada por la inteligencia de un hombre. Pero la verdad siempre triunfa –en las películas norteamericanas –y una noche lo encontró sin estar borracho. Ahí primo era un desastre. Le salía a la superficie su machismo, sus complejos de inferioridad, y su querer imaginar todo perfecto. Y para colmo, ahí la vio como era, entera, en sus 197 kilos de promedio, casi nunca llegó a 200, y su estatura de jugadora de básquet, 192 centímetros. Y primo la imaginaba 90-60-90. Ella, también muy imaginativa, lo había tomado como hijo. Me acuerdo cuando una vez llegué de sorpresa a la casa de primo Perfecto, y Leticia lo tenía en brazos y le cantaba el arrorró, para que duerma su borrachera tranquilo. Ahí, en la lucidez de primo, ambos comprendieron lo imposible de su amor, sin utilizar la imaginación, para creer ver lo inexistente. Se separaron, pero por corto tiempo. Ella, al mes lo vino a buscar para casarse, porque le dijo que estaba embarazada. Y se casaron nomás. Y lo casaron en silla de ruedas, porque de pié ni soñar. En la ceremonia, los dos testigos lo tenían agarrado de los brazos, para que no se bamboleara demasiado, en una de sus peores borracheras. Y fueron felices bastante tiempo, ocho meses. Porque lo del embarazo de ella, resultó un error. Con la separación se había consolado comiendo más que de costumbre. Y era de esas personas que se les acumula la gordura en la panza. Y cuando primo Perfecto, que ya había imaginado tener un hijo que jugara en la primera de San Lorenzo de Almagro, le había comprado la camisetita, de San Lorenzo, una pelota número 5, y hasta los pañales y la ropita interior con los colores de su equipo. Cuando se enteró de que no iba a ser padre, se agarró su mejor borrachera. Quedó en el libro Guinnes de los records mundiales, dos semanas seguidas. Porque en la tercera, le ganó Leticia, desconsolada de no ser madre, y de que Perfecto se fue de su vida...
Pero pronto volvió...
Se dio cuenta de lo bien que dormía en brazos de ella, cuado le cantaba el arroró...
Son ahora una de las parejas más felices que conocí. Todo gracias a que con ellos se cumplió el lema de Francia en los años 60’... “La imaginación al poder”. Viven borrachos, imaginando mundos perfectos.
Me gustan las historias con finales felices...
Amén y amen.
6 Comments:
jajajaja... verdad... quien dijo que el humano era perfecto?
Le gustaba el amor apache... quizás a todos nos gusta aunque lo enfoquemos de un modo diferente.
Tengo algo para ti en mi blog.
Besitos,
todas las personas tenemos defectos, tenemos ataduras, complejos mas bien dicho, pero estos pasan inadvertidos al estar alcoholizado, en lo particular creo que el alcohol ayuda muchas veces aunque en exceso llega a matarte, pero que bonita tu historia, sigo aprendiendo de ustedes porque ni por mi cabeza pasaria hacer una historia tan coherente....
De que sirve la perfeccion sin aprendizaje?
ES mejor ser perfectibles que perfectos, no lo crees, querido?
Un beso grande. Me encantas
bettina perroni, existe el nombre Perfecto, es el de mi mi mejor amigo, él lo odia...
gracias por el afecto y va un beso en Cilencio.
gerardo, gracias desde tan lejos, pero pasaré por tu blog, así que tiembla. soy muy malo. un abrazo cordial e3n Cilencio
ishel, no digamos tonteras, a mí me gustaria ser omnipotente... debe ser lindo... y ayudaría a tantos.
gracias por el cariño y te lo retribuyo, va un beso en Cilencio.
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