LOGRÉ HABLAR CON EL JEFE DEL AVERNO

VERSIÓN GRABADA DE MI CHARLA CON LUZBEL. Y LA FOTO AUTOGRAFIADA QUE ME ENVIÓ LUEGO, LA PUBLICO PARA PROBAR EL HECHO.

Riiinnn... riiinnn... riiinnn... riii.
-Malditos días, Infierno, casa central, si llama aquí, usted es un idiota infernal... ¿Qué diablos quiere?
-Hola, soy Eugenio Cilento, un humorista que antes era agnóstico, ahora no sé que demonios soy... Necesito aclarar dudas... ¿Podría hablar con el jefe máximo, con Luzbel?
-¿Cómo consiguió este maldito teléfono rojo...?
-Me lo dio un amigo de ustedes, trabaja de Papa... un tal Benedicto XVI, no sé si lo conoce... Quiere que no sea más agnóstico...
-¿Cómo no lo vamos a conocer? Es un amigazo... Y además es socio, y lo están por ascender a presidente honorario del directorio. Ahora nos manda a todos para aquí, decretó que existiéramos y que el Infierno va a ser para siempre... Ojalá Jehová le dé larga vida... Eso sí, antes estábamos como vacaciones, sin hacer nada, porque el Papa anterior, nos había cerrado el negocio, de puro demagogo. Ahora volvimos a trabajar y vamos a tener que sudar mucho. Usted no sabe lo que es estar todo el tiempo cocinando almas en el fuego y el azufre... Un calor infernal, no hay desodorante que aguante... Y siempre hay problemas, más ahora que el gas y el azufre están muy caros, porque los malditos comerciantes, los subieron de precio, al saber que hay Infierno para siempre y que lo vamos a necesitar... “Siempre”, aquí significa la eternidad... pero la vida es así, es mejor trabajar, que estar sin hacer nada, sobre todo aquí, que ya llevamos millones de años en este oficio, y uno se encariña.
-Me gusta la gente luchadora y optimista... bueno, ¿Puedo hablar con Luzbel o no?
-No es fácil, no habla con religiosos, que lo quieren convertir... Él sabe que este es su destino, y lo asume, incluso con orgullo. Y aquí están sus amigos, todos gente divertida y gente importante, todos los reyes, los presidentes, los máximos jefes de todas las religiones...Uno tiene con quien charlar de cosas trascendentes. Además, se lo digo entre nosotros, después de estar un tiempito, digamos, mil años en el fuego, ya no le importa... Uno está tan acostumbrado al dolor, que se lo termina tomando en broma. ¿Vio como los muy pobres, en la tierra, que viven en un lugar miserable, muertos de hambre, y si consiguen trabajo, les pagan una miseria y están contentos de tener ese trabajo? ¿Y si su equipo de fútbol gana un partido, el lunes están felices? Bueno, esto es igual... de golpe, un día el gas viene medio flojo, y los tipos lo celebran como un gol de su equipo... ¿Usted es un maldito religioso?
-¿Es sordo usted? Le dije que antes era agnóstico y ahora no lo sé... Sólo quiero saber algunas cosas, para saber como comportarme en la vida. Déme con el maldito Luzbel, así se ganan un alma, la mía, porque creo que no tengo salvación, si es que hay alma.
-Jajajaja... Qué ingenuo, tenemos almas de sobra, es más, hay tanta superpoblación, que ya hay que venir recomendado... Tenemos miles de Reyes, políticos, mafiosos, guerreros sádicos, las amantes de todo el mundo, cónyuges infieles... Mire que a Saddam no lo dejamos entrar, tiene que hacer la cola... Ni damos fecha, porque ya sólo si se reencarna alguno, se puede entrar... Y en reencarnaciones no andamos muy bien... Hay todo un tironeo de negociación con el Cielo... Porque tenemos cuotas... por cada bueno que reencarnan, nosotros podemos mandar 1.000... Pero ellos tienen pocos tipos buenos... Saddam se tuvo que ir al limbo, y ahora que lo cerraron, anda por ahí sin tener un hogar, porque al Cielo no puede, por ser musulmán... Pobre tipo... y el Mismo Bush, y Condolezza Rice, ya están haciendo los trámites, para cuando emigren de la Tierra. Pero por más dinero que paguen, si no hicieron suficientes méritos, no entran... es más Bush está haciendo planes para invadir Irán, para mejorar su posición.
Tenemos tantos, que ya hay que ser demasiado malo... porque antes incluso entraban los que no eran cristianos, ahora a esos no los queremos, porque por ejemplo, los chiitas vienen llenos de explosivos y suicidan sus almas, para matarnos a nosotros. Por eso ya no aceptamos creyentes del Islam. Tenemos demasiados y se pelean sobre todo con los cristianos. Y el viejo, Luzbel, ya no está para aguantar explosiones y quiere calma... Trabajó muchos años, como jefe del equipo de demonios que tentaban a la gente, pero es como todos los trabajos de vendedor, llega un momento en que uno se siente como si fuera un disco rayado, siempre repitiendo lo mismo... Y de comprar almas, ni en broma, porque ahora los impuestos son muy altos, y la gente es muy ambiciosa, piden mucho por su alma... ¿Usted que maldad grande ha hecho, como para entrar aquí?
-Nooo, soy buen tipo, me mandé mis buenas cagadas, como todo el mundo, pero le fallé a los 7 pecados capitales... Y a los 10 mandamientos, ni bola les di... Pero guerras no hice, hasta ahora no maté a nadie, salvo cucarachas, caracoles, hormigas... Una vez una gallina... después me arrepentí... ¿Pero que estoy diciendo? Yo no quiero entrar ahí, solo quiero hablar con Luzbel, para hacerle unas preguntas.
-Y lo veo venir, a usted le interesa Lilith, la pelirroja esa, la primera mujer de Adán... Mucha mujer para ese pobre tipo... No vendemos videos de ella, ni fotos porno... Además está en el Cielo... ¿Sabe como la extrañamos?
-No... que Lilith... En realidad solo quiero saber si el jefe existe, y cuales son las ventajas de ir al Infierno o al Cielo, porque el Cielo no me convence, y tampoco el averno, y como soy agnóstico, nunca estuve seguro de que existieran, y si me habla su jefe, sabré a que atenerme en lo que me queda de vida, porque si existe, voy con ustedes, yo tengo bronquitis crónica, y el frío del cielo no me hace bien, y prefiero el calor del infierno...
-Si es por eso, venga nomás cuando quiera... pero no le veo calidad para entrar aquí... Mire, para reírme un rato, le voy a dar con el viejo... Hable con él y sáquese ese ingenuo agnosticismo de intelectualito... ¡Jefe, aquí un buenazo quiere hablar con usted! ¿Lo quiere atender...? Dijo que si... lo dejo y que tenga una maldita suerte...
-Gracias...
-(voz muy ronca) -Hola... ¿Quien es el maldito que habla?
-Hola, ¿Usted es Luzbel?
-No sí voy a ser la Madre Teresa de Calcuta... ¿Qué coño quieres saber, maldito?
-¿Y como puedo estar seguro que no es un portero, o el que limpia los baños? ¿No puede darme una prueba? –le dije, y de repente todo mi cuerpo se puso caliente, como si tuviera delante de mí a Kim Bassinger desnuda, pero como cuando era joven ella, y yo también, pero mucho más... Me asusté. Lo consideré una prueba, porque de calentarme así, ya ni me acordaba, y jamás con tanta intensidad y menos hablando por teléfono con Luzbel.
-Está bien, le creo... ¿ahora, el Infierno va a ser siempre para siempre?
-¿Cómo quieres que lo sepa? No soy el Papa... Este se llega a morir, y de golpe aparece uno como Juan Pablo I, o el II y todo se va al demonio... Capaz que vuelven a eliminarnos, y vuelta a tener vacaciones, este es un maldito trabajo muy duro, insalubre, y además inseguro –me dijo, con su aguardentosa voz de fumador y borrachín...
-Está bien, lo entiendo Don Luzbel... No se ponga nervioso... le creo... ¿Le puedo pedir que me saque esta calentura que me puso para probarme su existencia? Porque a mi edad, me puede hacer mal...
-Ya se te va a pasar... Aprovéchala, te va a durar unos días... Que tengas un maldito día y no creo que nos veamos nunca las caras... Eres poca cosa para aquí, te falta currículum... Vete al Demonio –me dijo, antes de cortarme.
Ahora creo que ya mi agnosticismo, está superado... Creo en Dios y en Luzbel, en el Cielo y el Infierno. Y ya no sé como manejar mi vida... Pero no creo que a mi edad, cambie mis costumbres... Pero me quedó la duda que será de mí, cuando deje de respirar. ¿A donde iré? ¿Me quedaré andando por ahí, trabajando de fantasma, asustando a las viejas, en las mansiones muy antiguas? Sería divertido, capaz que Discovery hace una película conmigo y me hago famoso...
Para el Infierno me falta prestigio, y el Cielo, no me gusta... Limbo no hay, y ya no tengo edad... Y el Purgatorio no me gusta... hay un olor espantoso... Ojalá el Papa invente algo para los tipos como yo, ex agnósticos, rebeldes y llenos de dudas, pero no tan malos tipos, porque al lado de los que me nombró el telefonista del averno, sí, la Madre Teresa de Calcuta soy yo... ¿O no...?
Amen y pórtense mal.