MI PRIMO ALBERTO ES UN PAYASO

Otro fracaso de mi primo Alberto. Le dije que los tipos que tiene sentido del humor, siempre son inteligentes, y salió corriendo a comprar un traje de payaso.
Anda enamorado –enamorado es un eufemismo por si esto lo leen menores de edad -de mi prima Lidia, y como ella siempre admira… mejor dicho se calient…enfervoriza con los tipos de inteligencia penetrante, creyó que así vestido la tenía en la cama. El que quedó de cama fue él, porque cuando llegó a la casa de ella, hablando de camas… estaba en el lecho… bueno… ustedes me entienden, con un señor fisicoculturista, cinturón negro de karate, guardaespaldas de un guardaespaldas. Esto para que se den cuenta del tamaño y los quilates de la montaña de músculos, coronadas por casi un cerebro de mosquito. El tipo, en cueros como estaba, primero comenzó a reírse de mi primo, luego, cuando se cansó de hacerlo, comenzó a pegarle. Celoso el gorila. Esto al pobre Alberto, le cayó mal, y mientras se recuperaba en la terapia intensiva, se dijo que un hombre macho, no afloja nunca. Y como ya había gastado mucho dinero en el traje, decidió aprovecharlo.
-Voy a ofrecerme como payaso en un circo, y de paso que me gano algo de dinero, saco experiencia en hacer reír, porque fracasé con Lidia, por falta de destreza. Si lo hubiera hecho reír al gorilón, hubiera tenido éxito, al menos hubiera tenido un “ménage a trois”
-me dijo muy convencido, y continuó -Me extrañó que se acostara con esa bestia, ella que admira a los tipos muy inteligentes.
-Cuando hay hambre, no hay pan duro –le dije, pero por suerte no lo entendió, y después para consolarlo, le dije que el hombre era un sociólogo de la NASA, que con mi prima hacía experimentos sobre la penetración cultural de grandes masas, en grandes espacios muy abiertos. Por fortuna me lo creyó.
Como payaso, en el circo tuvo éxito… la gente lo veía y se reía, pero no por su rutina cómica, sino por su cara de tonto. Daba el rol de physique, del que siempre recibe las bofetadas. Ahora le dicen “cara de forro rojo inflado”, porque la tiene hinchada, y su nariz, sobresale como la punta de los …preser… bueno, mejor no entremos en detalles escabrosos…
Pobre Alberto… La vida del cirquero es sacrificada. Para colmo, se enamoró de él, la mujer barbuda, que además era la mujer más gorda del mundo. Fue un romance tórrido. Aunque ella lo engañaba, no era ELLA. Era ÉL… pero con su poca experiencia en el amor, mucho no se daba cuenta. El problema era que le dolía sentarse. Incluso le propuso casamiento. No mi primo, ella-él, a él, a Alberto… ¿me explico? Bueno… Por suerte no se casaron, porque un día se encontró con Florencia de la Verga, el famoso travesti argentino, y resultó muy amigo de la novia-novio de mi primo, y tuvieron un entrevero, mi primo, que es muy celoso, se enojó y abandonó la carpa del circo. Lo que ahorró trabajando en el circo, ahora lo está gastando en psicoanálisis. Pobre Alberto, la vida es dura. Y a veces es dura, larga y gruesa. Y por fortuna, hay a quienes eso les agrada mucho. Hay espíritus sacrificados…