ME ENAMORÉ DE ELLA

Me enamoré de ella.

Enamorarse es estúpido. Es pensar que la otra persona es única en todo el planeta. Eso me pasó también cuando me enamoré de una japomesa, en Tokio. La vi en un café, me senté a su mesa, charlamos, intérprete mediante, el mozo , y le dije que me quería casar con ella. O lo que fuera. Aunque mejor "lo que fuera". Me dijo que estaba de acuerdo... que "mejor lo que fuera". Y me citó para el día siguiente, en una esquina de Tokio, a las ocho de la noche, para concretar "lo que fuera". Pese a que estaba tan enamorado,me dormí casi todo el día, por estar en vela toda la noche, imaginado lo que íba a hacerle cuando "lo que fuera", Y llegué tarde a la cita. Nunca supe si ella acudió. Y la busqué 10 meses y 10 días, 10 horas y 10 minutos... Por todos lados... Pero es muy difícil, en Tokio, distinguir a una mujer "única en el mundo", si es japonesa. Si habré recibido cachetazos e insultos -por suerte en japonés, que no entiendo, pero por los gestos, sabía que eran insultos. Además adoptaron mucho de la cultura yanqui, eso de mostrarme el puño con el dedo mayor estirado, y los demás apretados. Por creer que era ella y abordarla, de modo entusiasta y fogoso, me lo hicieron casi todas.. Es que en Japón, abordar a una mujer con ese estilo, no está bien visto. A la que besé en la boca de sorpresa, creyendo esa vez que era la verdadera, me hizo llevar preso. Un mes detenido. Pero lo peor fue la paliza que me propinó su marido, cinturón negro de kun fu, cuando salí en libertad.

No se enamoren. Valoren a los demás, en su justo valor. Y en Japón, no se enamoren de personas japonesas. pero no todo es en van. Ajora con ese desengaño, escrobí un tango, que en Japón se vende bien, se llama "Dedo mayor".

Amén y amen.

Ah, miren el spot anterior, donde explico que dibujo caricaturas por encargo. Y no soy caro. Aunque no me regalo, solo alquilo mi lápiz. Soy una especie de "taxilápiz".