PRIMO FILISTEO, EL "TURISTA" BIEN DOTADO

PRIMO FILISTEO, EL TURISTA

Era millonario a lo bestia, había heredado más dólares, libras y euros que nadie que yo sepa, primo Filisteo. Claro, muchos en la familia, creen que no era casualidad. Bajito y narigón como era, tenía un poder de seducción para las mujeres, magnético. Sobre todo cuando ya había intimado con ellas. Le hacía honor a eso de que los petisos y narigones, están muy bien dotados, y no pregunten de que cosa estaba dotado. Ya son grandes y tienen que darse cuenta. Y astuto como era, buscaba mujeres maduras, viudas, con mucho dinero, y sin herederos. Eso lo hacía en sus viajes en los cruceros de placer por mar, en esos paquebotes de lujo, tipo Titanic. Y lo de que no eran casualidad sus herencias, lo hace suponer todo lo que sabía de química. Y además todo lo que estudió de brujería negra, vudú, maleficios, alquimia y otras porquerías más. Una cosa que sindicó como sospechosas sus herencias, eran la previa muerte de su última compañera de turno, por lo general, a los tres o cuatro meses de casados, por extrañas enfermedades. Y todo esto pasaba desapercibido por las autoridades policiales, porque tenía la sabia costumbre de casarse siempre en distintos países. Y lo suyo, aunque se lo puede acusar de avariento, o ambicioso en demasía, no lo era tanto, por su desmedida pasión por el juego y su infinita habilidad para perder. No había cosa al cual no apostara, desde el casino, el póquer, los caballos, hasta poner bombas de tiempo en los aviones, y acertar el número de víctimas. Esto tampoco se le pudo probar, pero mi prima Celestina, que vivió un tiempo a su lado, la ninfómana, que le hacía de secretaria en sus viajes, y algunos favores más, supo observar, que cuando caía a tierra un avión, solía amargarse, al leer en los diarios, la cantidad de muertos y oírle, frases como:-“Pero carajo, solo 123 muertos, perdí por dos”. Porque primo Filisteo, pese a sus conocimientos de magia, siempre perdía, en el juego. Ya lo dice el refrán, “afortunado en el amor, desafortunado en el juego”, aunque creo que el refrán es al revés, pero no está mal, porque el amor es una ruleta, y por lo general, rusa.
La principal ley de Murphy, dice “no hay nada que esté tan mal, que no pueda empeorar”. Bueno, primo Filisteo, llegó a perder una cantidad tan enorme en los casinos de Las Vegas, que al final necesitó casarse con varias millonarias al mismo tiempo, y con una, en su desesperación, cometió el error de no tomar en cuenta de que tenía herederos. Y justo estos eran capos mafia de Las Vegas, dueños de uno de los casinos donde debía dinero. Y estos no perdonan. Investigaron y descubrieron que estaba siendo ya no bígamo, sino trígamo. Primo no lo sabía, y había comenzado su último viaje en un crucero, para buscar la cuatrigamía, para saldar sus deudas. Y este fue el comienzo del fin. Allí conoció a la señora de la foto que se ve en este texto, luego de haber naufragado, y quedar a solas con ella. Ella parecía adinerada, tanto como espantosa su figura, y si bien primo Filisteo tenía cierto punto, de digamos buen gusto estético, para casarse con millonarias, ella superaba todos los cánones posibles, pero en su desesperación, y estando tres meses en esa mínima islita, se enamoró de ella, porque además de calentón, se sumó que era ella ninfómana. Lo violó, y a él le gustó. La hago corta... se casaron cuando los rescataron, y ella resultó no ser adinerada, sino su contrapartida femenina, si es que a ella se le puede decir “femenina”, y tenía el mismo modus vivendis de él, de hacerse pasar por millonaria, en cruceros de lujo, para saciar su sed de apostar dinero en Las Vegas. Lo fundió, y al conocer su historia, luego lo entregó, por dinero, a los capos mafia de los casino donde debía dinero él. Como no pudo pagar, tuvo el destino que creo merecía, los “muchachos” lo llevaron a dar un “paseo”.
Un beso en Cilencio, y amen y amén, que quiere decir “así sea”.